¿CÓMO COCER NUESTRA PASTA?

El recipiente (cesta) donde se va a cocer la pasta debe ser grande, preferiblemente alto para que la pasta tenga el suficiente espacio para ir rotando conforme se cuece. Si es pasta larga podemos ayudar con un cucharón para ir dándole vueltas, pero éste ha de ser largo para llegar hasta el final del recipiente.
La cantidad de pasta que se ha de echar por cada cesta no ha de ser excesiva. Cuanta más pasta se eche en cada cesta peor cocción tendrá la pasta.

 

El error más común en restauración y durante un servicio es tener la pasta ya cocida y no tener todavía terminada la salsa que va a acompañar la pasta. La pasta consigue una sobre-cocción, o lo que es peor, que ya hayamos escurrido la pasta y se nos quede en la cesta esperando…. Esto sencillamente lo que consigue es que todo el esmero que hemos puesto en la cocción se vaya al traste porque la pasta se va a apelmazar dentro de la cesta.

 

Es siempre preferible mantenerlo en agua o sacarla en un bol con una cucharada de aceite de oliva y mezclarla para que no se apelmace, pero aún así: conclusión: debemos crear reglas de trabajo para que siempre se empiece por la salsa y cuando ya esté prácticamente acabada introducir la pasta a cocer.

 

El recipiente para servir la pasta ha de ser el adecuado. En estos momentos existen en el mercado recipientes específicos (cuencos, fuentes, ensaladeras) que garantizan que el producto llegue al cliente a una temperatura buena y que ésta se conserve durante bastante tiempo, lo que permite disfrutar de una pasta recién hecha hasta que el cliente se la termina. Aquí también es importante contar con una buena calidad de pasta para que aunque mantenga el calor dentro del recipiente, la pasta no se pase y esté perfecta hasta el final.

 

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